Iba siendo reconocido por los grandes alcances que tenía para el balón a la hora de entrar en la cancha. El ex arquero Robert Enke se ha ido de este mundo. La tristeza llega a todos quienes lo conocieron. Bajo las vías de un tren, se quedo en el final esta promesa del futbol a sus 32 años, pero finalmente se halló que fue por su propia voluntad; la alegría del deporte no fue suficiente para sobrellevar el dolor de su corazón.
La perdida que sufrió hace tres años por su hija recién nacida, la cual nació con un mal cardiaco; provocó un estado fuerte de depresión en el deportista, el mismo que, no pudo ser superada ni con el amor de su esposa, ni con la segunda hija; la cual a sus 8 meses de vida debe conocer la ausencia permanente de un padre a lo largo de su vida. Ni el deporte mismo, el cual parecía abrirles las puertas para el mundo; no le saco del mar de depresión en el que se hundía a cada día.
Sin embargo, una jugada dura por parte del destino, le dio una ventaja para su trágico desenlace: infección bacterial intestinal, lo cual lo hizo despedirse, a pesar de saber que iba a ser temporal, de una de sus razones de poder brillar en el mundo deportivo."Esto duró su tiempo, casi la cuarta parte de la temporada. Pero desde que reanudé (la actividad) me siento muy bien", había dicho Enke al volver a los entrenamientos el mes pasado.
En cuanto llego la fatal noticia, un ambiente de caos y confusión llego al entorno futbolístico del arquero. "Nos encontramos en estado de shock. No sé qué decir", declaró con esfuerzo el mánager nacional Oliver Bierhoff el cual estaba pasmado tras el suceso. Los demás deportistas no fueron la excepción, incluso los que habían perdido tras la destreza del hábil guardameta. Ojala al fin el espíritu de este deportista haya encontrado la felicidad y que la conserve por la eternidad.
La perdida que sufrió hace tres años por su hija recién nacida, la cual nació con un mal cardiaco; provocó un estado fuerte de depresión en el deportista, el mismo que, no pudo ser superada ni con el amor de su esposa, ni con la segunda hija; la cual a sus 8 meses de vida debe conocer la ausencia permanente de un padre a lo largo de su vida. Ni el deporte mismo, el cual parecía abrirles las puertas para el mundo; no le saco del mar de depresión en el que se hundía a cada día.
Sin embargo, una jugada dura por parte del destino, le dio una ventaja para su trágico desenlace: infección bacterial intestinal, lo cual lo hizo despedirse, a pesar de saber que iba a ser temporal, de una de sus razones de poder brillar en el mundo deportivo."Esto duró su tiempo, casi la cuarta parte de la temporada. Pero desde que reanudé (la actividad) me siento muy bien", había dicho Enke al volver a los entrenamientos el mes pasado.
En cuanto llego la fatal noticia, un ambiente de caos y confusión llego al entorno futbolístico del arquero. "Nos encontramos en estado de shock. No sé qué decir", declaró con esfuerzo el mánager nacional Oliver Bierhoff el cual estaba pasmado tras el suceso. Los demás deportistas no fueron la excepción, incluso los que habían perdido tras la destreza del hábil guardameta. Ojala al fin el espíritu de este deportista haya encontrado la felicidad y que la conserve por la eternidad.